Encontré una noticia en la edición del día de hoy del periódico El Financiero en una nota de Jeannette Leyva, misma que  me puso a reflexionar sobre un tema que considero muy importante para nuestra comunidad.

Las Empresas Familiares…

Muchos de ustedes comprenderán la razón de mi reflexión, en nuestro país a 2015 según el Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (INEGI), la distribución de la participación de la empresas en la economía nacional estaba de la siguiente manera:

Las microempresas representan el 97.6% del total , aunque no existe un dato preciso del número negocios familiares existentes en nuestro país; podemos inferir que un gran número de ellos corresponde a este tipo de empresas.

Dentro de las características de las empresas familiares podemos observar que fueron constituidas por la creatividad, iniciativa y entusiamo del dueño, en donde los hijos y nietos a temprana edad empiezan a desarrollar su actividad laboral. Aprendiendo el negocio de forma intuitiva, el conocimiento se pasa de generación a generación ; mas en la mayoría de los casos no existe ninguna información de respaldo de la gestión que se realiza en el negocio.

Además de que no están bien establecidas las funciones de cada uno de los participantes ni las normas o reglas que protejen a cada uno de los integrantes. Las decisiones en su mayoría son tomadas por la cabeza de familia o en su defecto concensadas entre los familiares, que en algunos casos se convierten en batallas campales que llevan a veces a divisiones.

Derivado de ellos nos enfocamos a los siguientes datos que en la nota nos expone respecto a las cifras al 2016:

  • Plan Financiero por escrito- el 49%
  • Consejo de Administración-  el 43%
  • Protocolo familiar- 25%

En razón de estas cifras podemos concluir que es difícil la sucesión en las empresas familiares, si el patriarca/matriarca no posee la capacidad de capacitar a su sucesor o en algunos casos temen a que el sucesor no tenga la capacidad y habilidad de llevar el negocio tal como el/ella lo hacían.

Otra situación que podemos establecer va respecto al sustento económico, ya que en su mayoría no cuentan con un plan de retiro y dependen de la continuidad del negocio. Esto genera incertidumbre y por ello terminan alargando el periodo de trabajo lo más que se puede.

Que decir de las divisiones derivadas de las sucesiones debido al fallecimiento del dueño o director, vaya que es un tema muy amplio, mismo que debemos contemplar para ejercer acciones si nuestra empresa es familiar. Para buscar la asesoría que nos permita eliminar los riesgos y fortalecernos ante las oportunidades.

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