Emprender un negocio se inicia con una idea. A partir de ahí empezamos a buscar información para fortalecerla y decidimos echarla a andar…

Una vez que ya iniciamos operaciones nos empezamos a tropezar con diversas situaciones que no teníamos contempladas; ya que nadie nos habló acerca de ello, pensábamos que todo sería fácil y sencillo… oohhh pero la sorpresa es que conforme avanzamos, y si no tenemos la información necesaria el tropiezo cada vez es mayor.

Una vez solventadas diversas situaciones de trámites, montaje e instalación del negocio, la apertura y el diario vivir; nos percatamos que con el transcurrir de los días nuestro negocio sobrevive pero ????…. Algo nos falta.

Aquí es dónde tenemos que empezar a recurrir a la inteligencia en los negocios, si es que queremos lanzar nuestro negocio al éxito.

Y qué significa Inteligencia en los Negocios, suena muy avanzado o no?…  Bueno pues es: tomar decisiones sustentadas en evidencias, dichas evidencias es la obtención de datos que nuestro negocio y el mercado nos ofrece.

Cómo por ejemplo: nuestra área de ventas recaba información sobre el tipo de clientes, qúe compran, cada cuánto, etc… Todos estos datos nos permiten desarrollar un análisis sobre el comportamiento del cliente y que es lo que buscan en nuestro negocio. Asimismo esto nos facilita el lanzamiento de nuevos productos ya que tenemos la información necesaria para determinar sus necesidades.

Así es como implementamos la Inteligencia en los Negocios, recabamos dichos datos, analizamos la información y desarrollamos las estrategias necesarias para satisfacer nuestro mercado. Y con ello también podemos proyectar el impacto y establecer los controles que nos permitan modificar nuestras estrategias.

Lo importante es que seamos observadores y perceptivos, así como no dar por hecho nada. Cada dato que obtengamos en nuestra empresa es un tesoro que nos puede llevar a lanzar a nuestro negocio hacia donde deseemos.

 

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